lunes, 1 de julio de 2013

Los detectives salvajes de Roberto Bolaño




Arturo Belano y Ulises Lima van tras la pista de Cesárea Tinajero, una poeta mexicana fundadora o mejor precursora del movimiento denominado "real visceralismo". Sobre la misteriosa mujer no hay más que unos pocos testimonios, así como los ejemplares de una revista literaria supuestamente dirigida por ella. Los dos hombres tras su pista son poetas o al menos así se denominan pues no escriben una sola línea a lo largo de los veinte años o más que toma la historia.

La primera parte de la obra trata del diario del estudiante de derecho Juan García Madero de diecisiete años quien narra sus días en México D.F., junto a un grupo de jóvenes poetas integrantes del "realismo visceral". En su diario García Madero hace constantes referencias a Belano y Lima, más bien como dos vendedores de droga que recurren a este negocio como única manera de financiar su estilo de vida e invertir en la búsuqeda de Tinajero.

En una segunda parte, se acumulan diversos relatos hechos a muchas voces en distintas parte del mundo, por parte de personajes que tuvieron contacto con Belano y Lima. Los lugares van desde Francia, Israel, Liberia, Angola, Austria, España, México, etc. Unos fueron sus amigos, otros solo los vieron pasar, otros compañeros de vida aunque haya sido por un solo rato, pero lo cierto es que todos tenían algo que decir en torno a ellos.

"(...) La verdad es ue ya tenía miedo hasta de bajar los ocho pisos de escalera de aquél caserón fantasma. Sin embargo lo único que quería en ese momento era salir corriendo de allí. Pero el miedo repentino a quedarme solo pudo más, me levanté, descubrí que tenía una pierna  acalambrada, y le dije a Ulises que me invitara a pasar a su cuarto. Éste pareció entonces como si depertara y dijo claro, Polito, y abrió la puerta. Cuando  estuvimos adentro, con la luz encendida, sentí que la sangre volvía a circularme por el cuerpo y, para conchudo yo, le mostré los libros que había traído. Ulises los miró uno por uno y dijo que estaban bien, aunque yo sabía que se moría por tenerlos. Te los he traído para vendértelos, dije. Cuánto quieres por ellos, me dijo. Le dije una cifra al pedo, a ver qué pasaba. Ulises me miró y dijo de acuerdo, luego metió la mano en el bolsillo, me pagó y se quedó mirando sin decir nada. Bueno, compadre, dije yo, ya me voy, ¿te espero mañana con una comida rica? No, dijo él, no me esperes. ¿Pero irás algún día? Acuérdate que si no comes te puedes morir de hambre, dije yo. No voy a ir nunca más Polito, me dijo. No sé qué me pasó. Por dentro estaba cagado de miedo (me moría ante la idea de salir, de atravesar el pasillo, de bajar las aescaleras), pero por fuera me puse a hablar, la chucha, de pronto me encontré hablando, escuchándome cómo hablaba, como si mi voz ya no fuera la mía y la muy cabrona se hubiera largado a desvariar sola. Le dije no hay derecho, pues, Ulises, con lo que me he gastado en víveres, si vieras las cosas buenas que he comprado, ¿y ahora qué va a pasar con ellas?, ¿se tiene que pudrir? ¿me hincho a comer yo solo, ah, Ulises?, ¿me agarro de tanto comer una indigestión o un cólico hepático?, contéstame, pues, Ulises, no te hagas el sordo. Cosas de ese talante. Y por más que en mi interior yo me decía cállate, pues, Polito, te estás pasando de conchudo, esto puede acabar mal, aprende a distinguir tus límites, huevón, por fuera, en esa zona como adormecida, anestesiada que era mi cara, mis labios, mi lengua escarnecida, las palabras (¡las palabras que yo por primera vez no quería pronunciar!) seguían saliendo y asó oí cómo le decía: qué tal amigo eres, Ulises, yo que te engreía como si fueras más que mi pata, mi hermano, causita, mi hermano menor, caracho, Ulises, y tú ahora me sales con estos desprecios (...)"

Finalmente, una tercera parte retoma el diario del joven García Madero y se desarrolla en el desierto de Sonora, cuando se emprende la verdadera búsqueda de Cesárea Tinajero, por allá por 1976. 



El hecho mismo según el cual no hay un solo narrador, no hay una sola voz, puede ser la primera característica de la obra. Bolaño deja entrever que su intención es darle una importancia super potenciada a las "aventuras" de Lima y Belano, en ojos de mucha gente. Todos interactúan con ellos, hablan con ellos, se ríen, lloran, tienen sexo, comen, todo con ellos, hasta ahí parece una audacia narrativa de Bolaño, si no fuera por el detalle que no sucede nada de trascendencia para la historia, para su evolución. Belano trabaja cuidando un camping a las afueras de Barcelona y salva a un niño, Lima está vagando por Israel y no tiene un centavo, luego el primero trabaja como reportero freelance en África, van y vienen a México, y vuelven a desaparecer así por 609 páginas. 

La escritura es limpia, pero le sobran muchas cosas, que tal vez le son dadas por la variedad de voces narradoras, en eso sí hay que ser claros y es que Bolaño logra que cada narrador tenga una identidad clara y definida, y es que aunque se concatenan no logran moldear el cuerpo de la novela. La mayoría de estos narradores desnudan sus personalidades y hacen ver a los "detectives" casi como intrusos en sus vidas, eso sí es una virtud de libro. No obstante esa virtud es la que genera el fraccionamiento del que se habla.

La segunda parte que es la más extensay  la imagino más a manera de documental, un documental literario si el término cabe. Muchos entrevistados a quienes a veces se les olvida de lo que están hablando y terminan contando sus historias personales, a veces entretenidas a veces poco valiosas para el lector desprevenido, a veces se nos olvida quienes son Lima y Belano, aunque de antemano contemos que Belano es el propio Bolaño y Lima es Mario Santiago Papasquiaro, seudónimo de José Alfredo Zendejas Pineda, poeta mexicano ya fallecido en un accidente automovilístico, al que no lo gustaba mirar si venían autos al cruzar las calles.

"(...) Iñaki Echavarne, bar Giardinetto, calle Granada del Penedés, Barcelona, julio de 1994. Durante un tiempo la Crítica acompaña a la Obra, luego la Crítica se desvanece y son los Lectores quienes la acompañan. El viaje puede ser largo o corto. Luego los Lectores mueren uno por uno y la Obra sigue sola, aunque otra Crítica y otros Lectores poco a poco vayan acompañándose a su singladura. Luego la Crítica muere otra vez y los Lectores mueren otra vez y sobre esa huella de huesos sigue la Obra su viaje hacia la soledad. Acercarse a ella, navegar a su estela es señal inequívoca de muerte segura, pero otra Crítica y otros Lectores se le acercan incansables e implacables y el tiempo y la velocidad los devoran. Finalmente la Obra viaja irremediablemente sola en la Inmensidad. Y un día la Obra muere, como mueren todas las cosas, como se extinguirá el Sol y la Tierra, el Sistema Solar y la Galaxia y la más recóndita memoria de los hombres. Todo lo que empieza como comedia acaba como tragedia (...)"

Como ejercicio autobiográfico las "aventuras" de Belano son las de Bolaño, lo que pasa es que Belano no es interesante, un poco más Lima, pero de ahí nada más. Son dos poetas por la vida, el uno tratando de ser radical, el otro un poco más consciente de que los radicalismo casi siempre conducen a nada, y que al final terminará siendo traducido en el éxito de Bolaño.

De otro lado,  no es posible construir una pista una secuencia, un hilo conductor entre una toma y otra del documental Bolaño, de la secuencia de relatos que lo componen, y en este sentido el interés se diluye entre intervenciones y a veces se recobra con otros pasajes de elevado estilo que generan interés en los venideros, pero que resultan diluidos en las intervenciones de los mismos que ya han pasado antes, con asuntos banales y cotidianos, contados de una manera muy básica.
 
¿Es una novela que se puede leer por partes? Seguramente que sí. Incluso en desorden pero eso no le da mérito. Lo que es valioso es la calidad de las voces narradoras, lo que no lo es, es la falta de peso de la historia, no porque se trate de una historia simple, sino porque casi nada sorprende ni siquiera por cómo se dice. Entonces la historia es una cosa y la escritura otra, la historia es ambiciosa es recrear el mundo poético latinoamericano de los setentas, interesante no para todo el mundo. Lo otro es la forma como fue concebida, a muchas voces a veces interesantes a veces no. Todo va así, con dramas previsibles casi siempre, no veo como pueda marcar las nuevas sendas de la literatura latinoamericana, será precísamente porque el Boom fue una explosión que generó esquirlas en muchos frentes, que todavía no han consolidado nada, que no han formado una voz. Como "Los detectives salvajes" son muchas voces a veces intersantes pero sin conexión.


Notas tomadas de : BOLAÑO Roberto, Los detectives salvajes, Ed. Anagrama, Barcelona 1998, decimoséptimo edición, abril de 2009.



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