jueves, 28 de marzo de 2013

Horror en el Mueso y otros relatos por H.P. Lovecraft




Horror en el museo es una sencilla compilación de relatos de terror escritos por Howard Phillips Lovecraft y otros colaboradores, entre los que se cuentan sus más cercanos. En esta colección de relatos, Lovecraft hace gala de una refinada técnica narrativa, en la cual encierra macabras descripciones, alrededor de una atmósfera gris que acompaña de manera singular cada cuento.

Las historias de fantasmas, el horror, la fantasía y la ciencia ficción vienen todas en un paquete de doce relatos, incluyendo el que le da título a la compilación, "Horror en el Museo". La mayoría de relatos fueron publicados originalmente en la década de los veintes, siendo reunidos bajo una misma edición, solo hasta 1970.

Al revisar estos relatos, es inevitable hacer comparaciones y darse cuenta de por qué Lovecraft ha sido influencia en tantos campos y para tanta gente. Particularmente en el relato "Hasta la última gota del océano",  se puede ver lo que será Stephen King, muy cerca de lo que fue la serie televisiva "Apocalipsis", no en vano Lovecraft sigue siendo el maestro del horror.

"En lo profundo, a través de éter, contemplé los giros monótonos e idénticos de la tierra execrada poblada de tempestuosos mares que se abalanzaban con frenesí contra las playas desoladas y escupían su rabiosa espuma sobre las encumbradas torres de ciudades vacías. Y bajo una luna cadavérica descubríanse panoramas que jamás me atrevería a describir, panoramas que jamás llegaría a olvidar; desiertos de arcilla mortuoria y espesuras de ruina y decadencia allí donde en otro tiempo bulleron las populosas ciudades de mi tierra natal, remolinos de enfurecidos océanos allí donde en otro tiempo se irguieron los poderosos templos de mis antepasados. Alrededor del Polo Norte bullían pantanos de crujientes vilezas y vapores miasmáticos y silbaban delante de las olas carniceras e implacables que se retorcían y quejaban desde las simas más escalofriantes. En aquel momento, un rumor desgarrado hendió la noche y en el anchuroso desierto de desiertos apareció una humeante resquebrajadura. El negro océano brincaba espúmeo todavía y gemía sin descanso mientras devoraba los costados del desierto, en tanto la resquebrajadura central se iba ensanchando progresivamente".

La técnica narrativa es diáfana y certera, llega al lector de una manera irreprochable, no sobran palabras, lo cual le otorga una sencillez que para las historias cortas es fundamental y posiblemente lo que resalta la calidad, pues no siempre es lo más fácil de lograr. 



Llama la atención particularmente, que todos los personajes a lo largo de los doce relatos se preguntan unos a otros si están locos, desde el mismo momento en que comienzan a ser víctimas de los extraños indicios y los comportamiento sobrenaturales que los rodean. Tal vez sea una forma de contrastar la realidad con la ficción, que es usada por Lovecraft y por sus colaboradores. El horror se basa en lo inhumano, en la figura o la imagen que refleja la inhumanidad o lo incomprensible para los humanos. Esto, se puede decir es lo que Lovecraft trata de horror, más allá incluso de la muerte misma, traspasando incluso la crueldad que puede ser humana, no así lo incomprensible. El concepto de terror en Lovecraft, es superior a lo cruel, pues esto es humano, el ser humano es cruel y esto no sorprende, es digamos, casi que previsible desde algún momento. 

Un objeto enigmático, un pasado oscuro, la explicación de lo inexplicable, no es humano. Las formas ininteligibles e indescifrables, no son humanas y son por tanto espantosas, horrorosas.

" Ya no se veían cabezas bamboleantes. Las aguas estaban en calma y desiertas, rotas tan sólo por los evanescentes trémolos de lo que parecía ser un remolino lejano en mitad del sendero alfombrado por el resplandor lunar, sendero de donde aquel extraño grito del comienzo había brotado. Y mientras me afanaba en la observación de camino tan traicionero como argentado, febril la fantasía y los sentidos abotargados, repiqueteó en mis oídos, procedente de algún sumergido yermo de los abismos, el desmayado y siniestro eco de una carcajada".

Debo decir que fuera de la sencilla pero certera prosa de los relatos, como en toda selección hay mérito en su escogencia, pues la diversidad de temas tratados es amplia, y difícilmente un cuento se parece a otro, incluso en su técnica narrativa que en varios de ellos acude a los diarios o memorias de las propias víctimas o protagonistas, para hacerlos más creíbles y así crear una impresión mayor en el lector, no muy lejos a lo que últimamente se ha venido haciendo al tratar de disfrazar la ficción de documentales de suspenso, tratando de ambientar los mismo que Lovecraft buscaba hace cien años.

La literatura y la forma de contar una historia son cíclicas, tal vez por eso hoy Lovecraft resulta sorprendente por ser un adelantado a su época, y tambíén por ser un precursor del género que hoy se usa de distintas formas, pero por sobre todo, por crear esas historias sencillas que de tantos lados hemos escchado y en las cuales nos gustaría creer.


Notas tomadas de: LOVECRAFT H.P., Biblioteca comtemporánea, The horror in the museum and other revisions, traducción de Antonio-Prometeo Moya, August Derleth, 1970.

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